Sí, Juanjo lo ha calificado como "Cumpleaños total", y es que no es para menos...
Nos vamos a tocar a Alcoi, a 170 ktms del local de ensayo, a 110 de Valencia. Mucha curva, mucha cuesta y mucho calor. Llegamos a las 17,00 y bueno, los típicos problemas en la prueba de sonido, que si no sale el sonido por monitores, que si el teclado no se oye... lo normal, vamos. El caso es que acabamos la prueba a las 19,00 (teníamos que tocar a las 20,00 aprox.), y de repente al rato me doy cuenta de que Juanjo no está, y me dice Pedro que se ha ido a un pueblo a 50 kmts a buscar a un amigo. A las 20,10 nos llama Juanjo, que va a 150 por la carretera, que tardará una media hora, pero a la media hora vuelve a llamar y dice que tardará veinte minutos. Yo fumo sin parar y Pedro no hace más que echar viajes a la calle, a ver si le ve venir. Al final aparece Juanjo, eran más de las 21, y Vicente se brinda a aparcarle el coche mientras nosotros vamos tocando. El concierto sale de puta madre, todo muy bien (salvo el calor, y eso que el aire estaba a tope, tenía la camiseta totalmente empapada), y cuando acabamos y se nos pasa el subidón me entero de que a Juanjo se le había roto la dirección de la furgo y que no hay manera de volver con ella a Castellón, pá haberse matao, vamos. Cenamos a las 23,30 y empieza el periplo con la compañía de seguros, la grua, y qué hacemos. Habíamos ido en coches menos Juanjo y Pedro que se habían llevado la Kia del padre de Juanjo con la batería, el teclado, la guitarra y el ampli de Juanjo, y todos los trastos. El seguro le dice que va a ir la grua, así que nos vamos todos por la calle cargados con los trastos, tipo procesión de semana santa pero con instrumentos musicales, las cuestas imposibles de Alcoi en plena noche. Cargamos la Kia, y claro, a ver quien se mueve de allí, no vaya a ser que nos roben los trastos. Mientras, algunos se han quedado vigilando en el garito los trastos que quedan. Viene la grua, carga la Kía, y le dice a Juanjo que van a meterla en un garaje hasta el lunes o el martes, que la llevan a Xilxes. Vale. Los coches que quedan van petados del resto de instrumentos y de la gente que ha venido con nosotros desde Valencia. Encima, el amigo de Juanjo no tiene manera humana de volver a su casa si no es en coche... ¿pero en qué coche?... a las 2 de la mañana estamos todos en la puerta del sitio donde habíamos tocado, con los amplis y las guitarras por el suelo, esperando un taxi que va a llevar a Juanjo y a Pedro a Xilxes, y seguimos sin saber qué hacer para llevar al amigo de Juanjo a su pueblo, que, repito, estaba a 50 kmts de Alcoi. Al final el chico se va en el taxi (gran idea la de Ramón), Juanjo y Pedro se van con Ramón y con el ampli del bajo, y el resto nos vamos con el resto de cosas, que encima Iván se había dejado toda la documentación y el dinero en mi casa, a ver si nos pilla la policía.
Me parto de la risa cada vez que acuerdo de cuando le estábamos cantando cumpleaños feliz a Juanjo en la cena, Pedro fue a buscar una tarta helada a un bar y solo pudo conseguir dos brazos de gitano de chocolate, que llegaron destrozados al bar porque los llevaba en la mochila escondidos para darle la sorpresa a Juanjo. Y el rato esperando a la grua y al taxi tampoco estuvo nada mal, estábamos tan cansados que nos dio la risa, Ramón no paraba de contar anécdotas y hacer chistes malos y estábamos todos descojonados. Al final, cuando llegué a casa, estaba ya tan cansada que estaba incluso de mala leche, pero fue solo al final del todo. El resto me lo pasé en grande. Le decía a Juanjo que no se le iba a olvidar el día que cumplió los 29. Ni a él ni a los demás. "Sí, la aventura está aquí/ entre el thriller y la comedia..."
El momento "te gusta conducir" lo puso el sol a la ida y la niebla a la vuelta, un sol precioso en la sierra de Mariola y una niebla densísima en la autovía por la noche. Gracias a Vicente por el apoyo y la asistencia en carretera, y a Estela (la chica del bar) por haberse portado tan bien. Y es que me lo pasé tan bien que no veo la hora de irme a tocar otra vez... De momento tenemos cerrado un concierto de teloneros de The Long Winters, un grupo americano, en el Wah Wah en febrero. A ver qué nos pasa esta vez.
De verdad, que me parto de la risa cuando me acuerdo...
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2 comentarios:
Te olvidas del momento freakie: cuando termina el concierto y nos metemos todos en el cuarto de baño de señoras, sin saber muy bien qué hacer, y nos damos un abrazo espontáneo. Fue muy divertido...
Es lo malo de no tener camerino, que tienes que refugiarte en algún sitio cuando acabas. Menos mal que el baño estaba vacío...
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