Ayer por fin subí, en el otro blog, una foto que hice hace dos años y que prometí que iba a subir.
Fue en Julio de 2005. Me fui a Madrid intentando escapar (las cosas andaban bastante turbias por entonces, y no solo en mi cabeza), me compré el billete solo de ida, sin pensar en cuándo volvería. Viví en casa de Marta, en La Latina, en la calle Duque de Alba, en una casa dividida que estaba junto a un cine porno y en la que habitaban tres o cuatro personas más, además de un Rotwailer que babeaba continuamente, Byron se llamaba el animal. El suelo era de parquet flotante y hacía ruido todo el tiempo. Yo dormía en el suelo, en un colchón, en una habitación llena de libros y de trastos que daba a un patio interior. Me llamaban por teléfono los de casa, y creo que nunca odié tanto el teléfono como en aquellos días. Sobre todo cuando me llamaba él. El día que salí para Madrid vino a despedirse a la estación, creo que nunca se lo perdonaré. También vino a recibirme cuando volví. Un desastre.
Hacía calor, mucho calor, en julio. Marta llevaba camisetas de tirantes y yo me puse falda de vez en cuando. Por la noche era muy agradable, hacía buen tiempo, y las calles, como siempre pasa allí, estaban llenas de gente. Comimos, bebimos mucho, fumamos sin parar, y salíamos con gente. Anotábamos todo en un cuaderno, una especie de diario, para luego acordarnos las dos de lo que hacíamos cada día. Cuando te dedicas a vivir al día, a no hacer planes, a vivir por minuto, es fácil olvidar los detalles. Por aquel entonces yo estaba estudiando la oposición, y me podía permitir este tipo de desaires, largarme y olvidarme de todo. Pero ese es el problema. Por desgracia, tengo memoria. Intenté quitarme la medicación, o rebajarla, pero no fue posible. Mi cabeza estaba llena de cosas y los demonios no dejan dormir. Esa foto, la que lleva por título "100", la hice una mañana, después de desayunar. La foto nunca llegué a revelarla en el laboratorio, la imágen que hay colgada está sacada de la hoja de contactos de los negativos que hice en aquel viaje. Creo que hay alguna foto más de esos días por el blog, pero no sé donde. De todas maneras, está indicada.
Fue en aquellos días cuando, aprovechando que estaba por allí, me reuní con la gente de Junk, y también con Tanis, de Jabalina. También fuimos a la radio con Julio Ruiz, una entrevista muy especial y las cañas de después, que tampoco olvido. Recuerdo ese viaje con una mezcla entre la alegría y la angustia: la alegría de trabajar por algo, por el contrato discográfico que se barajaba, por la huída, por la tranquilidad y los buenos ratos con el alcohol, y la angustia de saber que había que volver algún día al sitio de donde yo había salido. Cuando volví a Valencia, la humedad se me pegó a la piel (todo el mundo sabe la diferencia del calor según la geografía). Luego me fui a Galicia, luego a Xeraco, y después, en septiembre, llegó la matanza. Pero aquel viaje a Madrid se quedó como suspendido en el aire, como intacto. Igual que el cuaderno de la foto, que guardo. De la foto no queda nada más que ese cuaderno. Y las pastillas.
Aquellos días se estaba gestando lo que llega hasta hoy, y lo que seguro será futuro y me sobrepasará, como una piedra que tiras y se desplaza lentamente por el aire, tan lenta que llega un momento en el que tú te crees que ha caido al suelo, y luego la ves pasar volando por encima de tu cabeza, y es que aún estaba en el aire. Digamos que, aquel viaje, fue el final de una etapa y el principio de otra. Lo que no sé es cuánto dura ese principio.
El día que firmé el contrato con Junk, despues de que Mushroom Pillow decidiera no editar el disco, Manolo me dijo por teléfono "Hay que ver las vueltas que da la vida". De eso hace poco más de cuatro meses. Él no tiene ni idea de las vueltas que me ha dado la vida desde entonces. Quizá algún día se lo cuente. Pero, la realidad de todo esto, es que sigo aquí, que he cambiado, y que estoy intentándolo con la medicación. De aquella foto tiramos las colillas, abandonamos la casa, y guardé el cuaderno. Pero las pastillas siguen conmigo, en mi bolso, todos los días. Ójala algún día, de aquella foto, solo queda el cuaderno azul.
Y es que hasta el cuaderno tenía que ser azul....
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3 comentarios:
Hola, me encanta me encanta me encanta Indigo. Vivo en Valladolid, y quiero saber cuando estareis tocando por esta zona, aunque sea en madrid...Es que os acabo de descubrir y no se si ya habreis tocado allí...
Saludos, mucho animo y suerte!!!
Hola estimado amigo: en primer lugar, disculpa por el retraso en contestar. Muchas gracias por tus palabras, nos ha hecho mucha ilusión leerte. Respecto a tu pregunta, todavía no hemos ido a tocar por Madrid. Ha habido varios intentos, pero lo cierto es que finalmente no se concretó nada, y ahora con el calor se paraliza todo bastante y las salas ya tienen cerrada la temporada. Estamos buscando fechas para después del verano y ya hay alguna cosilla mirada... Nos encantaría poder ir a Valladolid, a Burgos, a León, etc, pero hemos de encontrar buenas condiciones porque el viaje es largo y costoso, pero sólo por encontrarnos a gente como tu ya valdrá la pena! Todo lo más que podemos decirte es que sigas por aquí atento a las nuevas fechas, pues seguimos trabajando en ello.
Un abrazo y lo dicho, mil gracias por tus animos.
Bueno, pues a ver si después del veranillo os veo por Madrid.
Mucho animo, el disco es precioso, cuanto más lo oigo más me gusta.
Saludos y mas suerte!!
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