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Cuando tocábamos esta canción en directo yo siempre decía: “Y ahora nos vamos al oeste”. Ésta va a ser de las que seguro no rescatamos.
No hay mucho que decir: en realidad, la letra es todo el rato hablar de la ansiedad. El título me surgió porque normalmente la gente suele preguntarme cómo estoy. Es el mal de los enfermos bienqueridos: que todo el mundo se preocupa por ti y te preguntan constantemente cómo estás. Pero, cuando estás mal, no quieres que te pregunten (y es justamente cuando más te preguntan). Demasiado pensar. La vida es mejor cuanto más sencilla es.
Y bueno, las estrellas de la canción son el teclado y la trompeta. La trompeta de Alfredo SB, de El Futuro Peatón, que muy amablemente se prestó a grabar en unas canciones. Seguramente será la canción más producida, y, también, la menos canción. Repito lo dicho un poco más arriba, pero con otro matiz: las canciones son mejores cuanto más sencilla son.
De los errores se aprende.
Y yo no paro de aprender.
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