Un domingo cualquiera

Hoy tengo dos canciones nuevas. Una se llama "Cuando éramos peces", y la otra no está muy claro, pero creo que se va a llamar "No se lo digas a nadie". Las hemos hecho entre Iván y yo, una esta mañana, justo ántes de bajar al bar, y otra esta tarde, también justo ántes de bajar al bar. La primera, que es la de "No se lo digas a nadie" es un poco triste, y hasta siniestra diría yo, seguramente porque esta mañana me he despertado algo atormentada, como viene siendo habitual por otra parte, pero hoy especialmente, y bueno, pues ha salido así. La de la tarde, "Cuando éramos peces" (título que tenía pensado desde hace tiempo) era más alegre, seguramente porque me he bebido media botella de vino y casi un litro de cerveza ántes, y además Iván estaba de buen humor. A ver qué hacemos, tengo cuatro canciones nuevas, más estas dos, seis, y los previos que tengo por ahí, qué agobio tanta canción. Y lo peor es que ahora estamos liados con los conciertos y no es buena época para probar canciones en el local, así que tendrá que esperar la cosa, sobre todo una que se llama "La tranquilidad es un lujo", que a Iván le gusta mucho y dice que hay que llevarla pronto. A ver si después del concierto de la semana que viene probamos alguna. Lo curioso es que, cuando me he levantado esta mañana, a las tantas de un domingo cualquiera, no tenía pensado que íbamos a tocar, y luego, en dos ratos muertos, han salido dos canciones, cada una en 15 minutos, (Iván casi no ha tenido tiempo de afinarse) justo ántes, como decía, de bajar al bar. Y eso que yo no creo en la inspiración...