Son casi las diez de la noche y se me ha pasado el día volando!!! Claro, el equinoccio de primavera, anoche cambiaron la hora y todos nos acostamos a las 5 de la mañana, vamos, a las 4 de ayer, que no es mucho más tarde de lo que me acuesto cualquier sábado, pero hoy parece que el día es un poco más corto. Para empezar, te levantas tarde, picas entre horas y ves la tele, y luego todo el día tirado. Los domingos por la mañana me he acostumbrado a ver videoclips, me levanto y mientras desayuno pongo uno de esos canales de videos en los que, por cierto, cada vez salen más videos indies (de esta semana no pasa que acabe el guión para el nuestro, que ya me vale). Luego la ducha y cuando me quiero dar cuenta es ya la hora de comer, me he fumado medio paquete de tabaco y no he hecho absolutamente nada. Me abro un bote de cerveza mientras hago la comida, luego me abro otro bote porque ya me he bebido el anterior, como casi sin hambre, y después a dormir la siesta mientras escucho la radio. Total, que los domingos empiezan a las seis de la tarde. Menos mal que, con el equinoccio, hay una hora más de luz.
Y es que mola mucho que los días sean más largos, porque el sol entra por la ventana y es genial, bueno, a veces no mucho, porque me refleja en la pantalla del ordenador y no veo, y tengo que andar bajando la persiana para poder ver algo (no tengo cortinas, no me gustan), pero en general es bonito que entre el sol. Hoy, por ejemplo, los Pleasant Dreams tenían ensayo así que tenía la tarde digamos que "libre" y me he pasado dos o tres horas currando en el ordenador, trabajando en una colección de fotos nuevas que voy a presentar a un certámen. Ya casi las tengo terminadas, la verdad es que no están quedando como me esperaba, tenía otra idea en la cabeza de cómo iban a quedar, pero me gustan. La colección se va a llamar "El imposible olvido", que es igual que el título de una novela de Antonio Gala que no he leído ni pienso leer pero cuyo título me parece fascinante. El sol entraba a ratos por la ventana y tenía que andar bajando y subiendo la persiana, sin conseguirlo del todo porque hay unas macetas en el alfeizar y no la puedo bajar hasta abajo, y me daba pereza salir al balcón a quitarlas, etc., pero vaya, que me he apañado bien. Con tanto ajetreo de vida, las tardes tranquilas de domingo en las que la casa está vacía y en silencio se agradecen, pones la música suave, hace buen tiempo, fumo, hay luz, las ventanas están abiertas, el gato se sienta en la silla que tengo detras de mí, y se está muy muy bien. Es que los domingos son para no hacer nada!!
Anoche estuve con unos amigos a los que hacía tiempo que no veía. La cosa duró menos de lo que pensábamos porque hubo que cambiar la hora, y, claro, cerraban ántes los sitios. Había cenado jamón y tenía mucha sed, así que la primera cerveza y un botellín de agua que me pedí me los bebí casi de un trago. Luego seguí bebiendo, pero no tan deprisa. Al final acabé casi como siempre, pero bien, además en el bar donde estábamos el camarero me invitó a una cuando casi nos íbamos, y no tuve más remedio que bebérmela... pero estuve con mis amigos que se agradece también, porque eso, los días se pasan volando y cuando te quieres dar cuenta hace un montón que no les ves. Menos mal que nos queda el teléfono.
El sábado que viene quedaré seguramente con Raúl. Hace un montón que no nos vamos de farra por ahí (ántes quedábamos entresemana, y era un horror, llegar a casa un martes o un miércoles del revés), y tengo ganas de quedar con él. La semana se presenta movidita, tenemos que ir a Tele Cullera el miércoles a una entrevista, y entre ensayos, la radio y demás no voy a tener tiempo para nada. Menos mal que, de vez en cuando, tengo domingos como el de hoy, que son una gozada...
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